COMUNIDAD ATSÁWA O ACHAGUA
"DESCENDIENTES DEL CLAN DE NARI"
En la época de la conquista, la nación Achagua era bastante numerosa e importante por su cultura y organización en los llanos. Entre las tribus de antes de la colonia en los llanos de Apure, se mencionan a los Ajaguas, Chiricoas y Yaruros.
La importante comunidad de otrora está hoy reducida aun grupo de 311 personas. Se asienta en las comunidades de la Victoria, Umapo y el Turpial en el departamento del Meta, donde conviven con los Piapoco. Hablan la lengua Achagua, perteneciente al grupo Arawak del Orinoco; también el Piapoco y el español.
Construyen sus casas en hoja de palma, con paredes de bahareque o de palma yaripa y piso de tierra.
LABORES DIARIAS
Conserva su enorme dependencia del invierno y del verano, ya lo hacían desde los siglos XVI y XVII; pues no podían pescar en invierno, época en la que consumían caimán y tortuga y cazaban el manatí. Hoy cazan y pescan durante el verano y consiguen, aunque con esfuerzos, cachirre, chigüiro, ñeque, lapa, armadillo, danta y pavas del monte.
Algunos se dedican a la horticultura y otros a la cría de ganado o al trabajo asalariado en las haciendas y hatos vecinos. Además elaboran artesanías, chincorros de cumare y budares en cerámica, tanto para uso doméstico como para la venta.
Los cronistas españoles los describen como los mejores cultivadores. Siembran plátano, yuca amarga, maíz, ají y el barbasco, hierba paralizante utilizada para pescar, ayer como hoy la intercambian on otros grupos.
Tienen piñas, palmas diversas, caña de azucar, achiote, mango, gunabana, y limón. En su consumo privilegian el arroz, los frijoles, las lentejas, pastas y panela, el maíz de dos meses o mapito y la yuca brava para la preparación del casabe.
Comerciaban además ollas de cerámica, pájaros, miel, perros mudos y aceites de huevo de tortuga, además de otros productos menores. Todos ellos llegaban muy lejos de su territorio, hasta el altiplano de Bogotá, donde los Muisca.
ORGANIZACIÓN
Si una mujer sabe cocinar y atender a los quehaceres de la casa y un hombre puede trabajar para mantenerla, ambos están aptos para el matrimonio cuando quieran hacerlo. Los padres maternos les ayudarán en caso de que la pareja no pueda sostener a la familia. Tanto en la Victoria como en la Guayuriba, Chaviva y Umapo, hay matrimonios entre Achagua y piapoco y por su puestos existen uniones con blancos.
En caso de muerte del padre, la madre tiene a su cargo la herencia, si la familia parte, la tierra que tenía se la entrega a los descendientes o a la comunidad. No se puede vender.
CREENCIAS
No es mucho lo que queda de la tradición ideológica y cultural de los Achagua. Ellos representan tal vez, entre los grupos étnicosde la orinoquia, el caso maximo de aculturación religiosa.
Las creencias foraneas dominan su ritual actual. En medio de todo ello, se mantiene el chamán o brujo, se dice que los indígena acuden aun brujo Piapoco de la Victoria o a otros grupos que habitan en Gualabó y Cháviva.
El chamán tiene poder para comunicarse con los dioses fundadores. Es el gran mediador entre las fuerzas de la sociedad y la naturaleza; preside los rituales el ciclo anual de los cultivos y las cosechas, que tienen un gran carácter purificador sobre los productos de la chargra y los silvestres, los animales y demás elementos de la naturaleza que consumen y utilizan.
La comunidad tiene además un conjunto de rezos para emfermedades. Curanderos y brujos recibían hasta hace unos años, personas no indígenas de las ciudades y areas rurales aledañas.
TERRITORIO
Los Achagua era un grupo poderoso y aguerrido que habitaba las regiones del Llano y poseía amplio control territorial durante los siglos XV y XVI. Dominaba a las tribus de los ríos Arauca y Apure, exigiendo de ellos alimentos, guerreros para sus combates con otras tribus y mujeres. Torturaban a sus prisioneros de guerra a quienes trataban como esclavos. Sostenían estas guerras contínuas con un grupo conocido como Yagual, sus mayores opositores. Los Achagua dominaban las zonas de la sabana mientras que los Yagual preferian habitar en los bosques y selvas. Según este antiguo manuscrito, el rey de los Achagua llegó a dirigir un ejercito de más de 7.000 hombres para atacar a la expedición de Puebla, a los que los españoles respondieron con sus armas de fuego.