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COMUNIDAD MAKÚ
"CAZADORES DE LA SELVA"
LOS MAKÚ
Los llaman "no gente". Así los denominan los Tukano y Arawak del Vaupés porque no usan ropas, consumen alimentos conciderados extraños, como gusanos e insectos y porque no son eficientes canoeros, además atraviesan los ríos a nado. Se llaman así mismo Ibdé Neheren, que quiere dercir gente. Son de estatura pequeña y parece haber sido los primigenios habitantes de las fuentes de lo ríos Vaupés y Negro. Elaboran bancos de madera decorados on dibujos en negro, además de balayes, cebucanes, morteros de madera para macerar alimentos y matapís o nasas para la pesca. Preparan sopas de yuca, pescado y una bebida fermentada denominada cacharí. Los hombres utilizan las hojas de coca para macar previamente maceradas con otras plantas. Las mujeres llevan los cabellos largos mientras que los hombres acostumbran a cortar su pelo con cuchillo de mandíbulas de piraña o pez caribe.
POBLACIÓN Y TERRITORIO
Los makú son gentes que transitan contínuamente por las selvas, se encuentran dispersos por las fronteras colombo-brasileñas, en el área cultural del nordeste de la región amazónica colombiana.
Comprenden grupos y dialectos como los Ubde, Bara, Jupda, Cacua y Nukak. Sus vecinos los concideran inferiores y han sido llamados indios bravos.
Pueden alcanzar unos 700 individuos distribuidos por las regiones de lo departamentos del Guaviare y Vaupés en los afluentes de los ríos Caiarí, Vaupés, Querarí y Papurí. Algunos makú como grupo minoritario están localizados en la margen izquierda de río Apaporis. Su lengua pertenece a la familia lingüística Makú. Los nujak-makú fueron identificados en años recientes en las zonas altas de los rios Guaviare e Inírida.
LABORES DIARIAS
Los makú son identificados como cazadores nómadas armados de arco y flechas de puntas envenadas. Suyos son la cerbatana y los elementos de cacería, mientras su sistema de cultivo de yuca brava es limitado. Habitan en campamentos no permanentes y se dedican a la pesca, cacería y recolección.
Los productos del huerto los adquieren en el intercambio son indios ribereños. Ellos, habitantes de zonas selváticas intrerioranas, aportan carne ahumada y productos de la selva, frutales y hojas para techar casas, cestos, curare, veneno para los dardos de cacería, en tanto que los grupos con los que hacen intercambio les proporcionan ají, yuca en forma de casabe, fariña y tabaco. Los ribereños también aportan mercancías ocidentales: ollas, anzuelos, cuchillos, ropa, sal...
Su papel social en la región también parece el haber sido de prestar servicios domésticos a otros grupos indígenas, arreglando las malocas, recogiendo agua y haciendo oficios varios.
Son profundos conocedores de la selva y sus recursos: identifican las especies de plantas y animales, las épocas y sitios convenientes para cazar, pescar o recolectar. Ellos los colocan en una importante posición respecto a otros grupos amazónicos.
ORGANIZACIÓN
Su forma de organización en clanes descendientes de animales o plantas: el gavilán, el águila, la mandioca entre otros, no permiten que personas concideradas hermanos se puedan casar, de tal manera que no es posible buscar pareja dentro del mismo clan, por eso prefieren encontrar sus mujeres en otros clanes.
NUJAK MAKÚ
En años recientes se encontró un grupo itinerante de makú que había permanecido aislado de otras gentes mucho tiempo: integrado por unas cuarenta personas fue localizado en las cercanías de Calamar, departamento del Guaviare. Los Nujak permanecen de dos a tres días en sus campamentos, cerca de fuentes de agua y recursos de pesca; tamién les son necesarios las frutas silvestres y hojas de platanillo para elaborar la cestería.
CREENCIAS
Uno de los rituales más importantes es el del Yuruparí, nombre dado a las flautas también conocidadas como baritxai. En el, se interpretan seis flautas inmensas consideradas sagradas, las que personifican el espíritu del mal y se parece al de los cubeo y tukano del Vaupés. A las mujeres no les está permitido participar en el ritual.
Los niños varones de doce años pueden conocer el Yuruparí aunque ninguno puede descubrir su secreto, a riesgo de morir. Tiene que cumplir algunos requisitos para llegar a él, como someterce a una escuela de quince días en el monte bajo la direción del Payé, hacer utencilios de la casa, bancos yu remos.
Durante esos días son azotados de madrugada con adavi, el bejuco de fibra con que azotaron a las mujeres que poseían el Yuruparí.
Después de que los muchachos vean el diablo y asistan a las ceremonias con humo de tabaco y caapi dirigidas por el Payé, seran hombres perfectos y podrán casarse.
El chamán o payé es quien puede ver, durante sus sueños cómo funciona el mundo a través del tiempo.
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ESTAMOS REMODELANDO LOS ANDES
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